miércoles, 11 de noviembre de 2015



Las emociones y las malas decisiones alimenticias

Las emociones lo pueden llevar a comer y a no comer.  Los trastornos alimenticios están asociados con, problemas emocionales y el exceso y la inapetencia (bulimia -  anorexia). El hemisferio izquierdo controla la parte derecha de nuestro cuerpo, y el hemisferio derecho controla la parte izquierda del mismo. Las emociones pueden influir en qué comemos, cuándo comemos y en qué cantidad. Por ejemplo, probablemente ha oído que algunas personas comen para controlar el estrés. Otras comen para ocuparse cuando están aburridas. Otras sencillamente no comen.
Si come en base a sus emociones, puede sabotear sus esfuerzos por perder peso. A menudo, las situaciones que dan lugar a ciertas emociones negativas llevan a la gente a comer. Usando el recuadro de abajo averigüe cuáles emociones lo llevan a comer.
Piense en cada una de las emociones.
Note cualquier emoción que lo hace desear comida.
Agregue cualquier otra emoción o situación que lo lleva a comer.
Aburrido. Afectado. Alegre. Angustiado. Ansioso. Apenado. Arrepentido. Asustado. Avergonzado. Bajo presión. Bien. Cansado. Celoso. Contento. Culpable. Deprimido. Desilusionado. Estresado. Frustrado. Gordo. Hambriento. Hora de comer. Indeciso. Inquieto. Inseguro. Lleno de odio. Lujurioso. Malo. Molesto. Nervioso. Preocupado. Solitario. Solo. Somnoliento. Temeroso. Triste
Si ha comido recientemente y nota que tiene ganas de comer de nuevo, haga un breve análisis emocional. ¿Quiere comer porque tiene hambre o para satisfacer una necesidad emocional? Estos son consejos para evitar comer en exceso:
Recuerde qué emociones y situaciones lo llevan a comer.
Haga una lista de otras cosas que satisfacen esa necesidad emocional, como por ejemplo, llamar a un amigo, salir a caminar, tomar agua u otra bebida sin calorías, enviar un mensaje electrónico a un amigo o hacer unos cuantos ejercicios de yoga para estirarse.
Recuerde que la comida no hace que las emociones desaparezcan (no solucionará nada).
Apunte la comida que consume, cuánta hambre tiene cuando come y cómo se siente en ese momento. Se puede dar una mejor idea de cuáles emociones lo llevan a comer cuando no tiene hambre física.
Si está teniendo dificultades, busque ayuda. Haga que sus familiares y amigos respalden sus esfuerzos por bajar de peso. Los grupos de apoyo, la terapia y los miembros de su equipo de atención médica también pueden ayudar.

Myriam Cuevas Egaña
Obesidadenlinea
Fuente fmdiabetes org

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