viernes, 25 de septiembre de 2015

El alcohol, un placer rápido y luego se pagan culpas
El alcohol es un depresor, si se siente triste o estresado, no haga dieta, salga y realice ejercicios... pero no beba... 
Metabólicamente, el alcohol se comporta como la grasa en la promoción de la obesidad.Si quiere perder peso debe dejar el consumo de alcohol y controlar las grasas vegetales. Las grasas saturada, no son nutrientes y estarán fuera de todo plan nutricional.
El alcohol es un depresor... un placer rápido y luego se pagan culpas como toda adicción
El alcohol produce euforia, que deprime el apetito, los bebedores regulares tienden a comer mal y sufren de desnutrición. El alcohol es rico en energía (7 Kcal por gramo), pero como el azúcar o la grasa pura, las kilocalorías están vacías de nutrientes. Cuanto más alcohol se bebe, tienen menos probabilidades de comer suficientes alimentos.
El abuso de alcohol
El abuso crónico de alcohol no sólo desplaza los nutrientes de la ingesta diaria, sino que también interfiere con el metabolismo de los nutrientes en el cuerpo, especialmente sobre el ácido fólico (vitamina B9). Cuando el alcohol está presente, el cuerpo se comporta de una forma en que solo quiere expulsar al folato.
Higado y Riñones
El hígado, que contiene suficiente folato, filtra al folato a la sangre. Mientras aumentan los niveles de folato en sangre, los riñones son engañados y empiezan a excretar folato. El abuso en el consumo de alcohol causa una deficiencia de folato que altera la función normal del sistema digestivo. 
El alcohol también interfiere con la acción de las pequeñas reservas de folato, lo cual inhibe la formación de nuevas células, especialmente las del intestino que son de rápida división y las de la sangre. 
El acetaldehído, un intermediario del metabolismo del alcohol, desaloja a la vitamina B6, reduciendo la producción de glóbulos rojos.
La desnutrición no ocurre solamente por la deficiencia en el consumo de nutrientes y el
metabolismo, sino también por el efecto tóxico del alcohol.
Cuando hay alcohol en el estómago, aumenta la secreción de ácidos gástricos e histamina (agente del sistema inmune que produce inflamación). Este incremento de ácidos gástricos irrita al estómago aumentando la probabilidad de formar úlceras gástricas y esofágicas.


Myriam Cuevas Egaña
Obesidadenlinea

Fuente blog nutricion
Embarazo con sana alimentación previene obesidad en el infante
La mala alimentación en el embarazo puede derivar en diversos problemas para el bebé.
Cuando una mujer embarazada lleva una alimentación sana previene, a su vez, una posible obesidad en su hijo, afirmó el neonatólogo David Rodríguez Medina.
“La deficiente alimentación en el embarazo puede derivar en problemas de obesidad y síndrome metabólico en el infante, sobre todo si nació de forma prematura o con bajo peso”, señaló el experto de la Unidad Médica de Alta Especialidad (UMAE) de Ginecoobstetricia del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) en Jalisco.
Explicó que primordialmente en el primer trimestre de la gestación, la mujer embarazada debe tener una ingesta adecuada de proteínas, así como de vitaminas como la B12 y otros minerales.
La importancia de la nutrición en la genética
Agregó que en este proceso, el aporte nutricional de la mujer juega un papel muy importante en la metalización de los genes en el bebé, el cual es un procedimiento epigenético en donde es posible la neutralización de los mismos y con ello evitar que se expresen más adelante.
Detalló que entre estos genes se encuentra el de la obesidad, que es un “gen ahorrador” heredado generacionalmente que tiende a almacenar automáticamente reservas calóricas al enfrentarse con carencias nutricionales.
Indicó que lo anterior puede dar lugar a que durante la programación fetal que es cuando el bebé está en plena formación intrauterina, el gen de la obesidad no llegue a metilizarse o “neutralizarse” debido a que el bebé no recibió nutrientes suficientes que le faciliten este proceso primario.
“Prácticamente quedara activo como una reacción ante las carencias nutricionales a las que tuvo que enfrentarse el producto, en su etapa gestacional”, puntualizó.
Rodríguez Medina refirió que diversos estudios han advertido que los bebés cuyas madres no tuvieron una alimentación sana durante el embarazo, pueden sufrir complicaciones a nivel del sistema nervioso central; además, serán más propensos al desarrollo de resistencia a la insulina y a la obesidad y a la hipertensión arterial.
Los mismos riesgos, dijo, se han advertido en niños que nacieron en condiciones de restricción de crecimiento uterino, además de tener una tendencia al desarrollo de la obesidad en edades como la adolescencia y la adultez.
En casos de bajo peso, también se han señalado riesgos metabólicos en bebés que nacieron, incluso, pesando menos de tres kilogramos, al igual que en niños prematuros extremos cuyo alumbramiento fue antes de la semana 28 de gestación.
Asimismo, dijo, de otras características adversas como talla o estatura baja en la adultez, y una desnutrición crónica, aun con obesidad y sobrepeso.
Apuntó que la inadecuada metalización de genes como el de la obesidad debido a una mala programación del ADN, puede transmitirse hasta por tres generaciones posteriores.
No obstante, insistió en la importancia de una alimentación sana en el embarazo, para garantizar el adecuado crecimiento y desarrollo del bebé y evitar problemas de salud a futuro.




Fuente: Herbal7.com


Estudio: Frutas y Verduras
Dentro de un estilo de vida saludable, la fruta debe comerse fraccionada, idealmente entre comidas principales y si quiere perder peso, limite el consumo de frutas a 3 unidades regulares diarias. Si su alimentación es rica en verduras verdes crudas y controladas frutas, no nos pasaremos del consumo calórico diario. 
Estudio Reciente
Un equipo de científicos de la Universidad de Harvard observó datos sobre más de 133,000 mujeres y hombres estadounidenses, a quienes se dio un seguimiento durante hasta 24 años.
Tras ajustar por otros factores del estilo de vida, como fumar y la actividad física, los investigadores encontraron que a medida que aumentaba el consumo diario de frutas y verduras no almidonadas, los riesgos de aumento excesivo de peso disminuían.
Pero el consumo de verduras almidonadas (como las papas, el maíz y los guisantes) se vinculó con el aumento de peso, según un equipo dirigido por Monica Bertoia, de la Facultad de Salud Pública de la Universidad de Harvard y del Hospital Brigham and Women's, en Boston.
Los hallazgos no pueden probar causalidad. Pero el estudio podría "ofrecer más directrices específicas sobre la comida para la prevención de la obesidad, un factor de riesgo importante de la diabetes tipo 2, las enfermedades cardiovasculares, los cánceres y muchas afecciones de salud más", apuntaron los investigadores.
Los resultados se publicaron el 22 de septiembre en la revista PLOS Medicine.
Los hallazgos no sorprendieron a los expertos en nutrición.
Erin Keane es dietista registrada y gerente asistente de nutrición clínica para pacientes ambulatorios del Hospital Lenox Hill, en la ciudad de Nueva York. Dijo que la diferencia entre las verduras almidonadas y no almidonadas tiene que ver con algo que se conoce como la "carga glucémica".
"Se cree que los alimentos con una carga glucémica más baja producen menos aumentos en la glucosa en sangre, lo que puede reducir el hambre y en potencia aminorar la ingesta calórica total durante el transcurso del día", explicó Keane.
Entre las verduras que se considera que tienen una carga glucémica baja están el brócoli, la coliflor, la col, las coles de Bruselas, la berza, la acelga, la espinaca, la lechuga romana, el tofu/soya y los pimientos, apuntó Keane.
Las verduras con una carga glucémica alta (como las papas y el maíz, ricos en almidón) podrían ser menos saludables respecto al aumento de peso, comentó.
La fibra también podría ser importante. Keane anotó que las verduras ricas en fibra también se relacionaron con un mejor control del peso cuando el equipo de la Universidad de Harvard sacó el consumo de papas del cálculo.
En cuanto a la fruta, las bayas con una carga glucémica baja parecían tener el mayor impacto en términos de no subir de peso en exceso, dijo.
Keane enfatizó que el estudio se concentró en adultos relativamente sanos, blancos y con un alto nivel educativo, de forma que "no podemos generalizar estos hallazgos a todos los individuos".
Otra dietista dijo que comer muchas frutas y verduras siempre es buena idea.
"Los alimentos ricos en fibra, como los evaluados en este estudio, ayudan a controlar el hambre y a mantener los niveles de azúcar en sangre estables, dos elementos que pueden ayudar a facilitar la pérdida de peso y el mantenimiento de un peso saludable", afirmó Dana Angelo White, profesora clínica asistente de entrenamiento deportivo y medicina del deporte de la Universidad de Quinnipiac en Hamdem, Connecticut.


Fuente Medlineplus
Artículo por HealthDay, traducido por Hola Doctor
FUENTE: Erin Keane, R.D., assistant clinical nutrition manager-outpatient, Lenox Hill Hospital, New York City; Dana Angelo White, R.D., clinical assistant professor of athletic training and sports medicine, Quinnipiac University, Hamden. Conn.; PLOS Medicine, news release, Sept. 22, 2015
El Vino y la Cerveza
Una investigación publicada en la revista BMJ, científicos de distintas instituciones estadounidenses sugieren que tomar al día una copa de vino de 118 ml o una lata de cerveza de 335 ml, en el caso de las mujeres, o dos copas, en el caso de los hombres, se asocia con un riesgo mayor de padecer cáncer.
“Nuestro estudio refuerza las pautas dietéticas en las que se señala que es importante no tomar prácticamente nada de alcohol”, comenta a Sinc Yin Cao, nutricionista de la Universidad de Hardvard (EE UU) y líder del estudio.
Los autores han analizado los datos de la dieta, los hábitos y la salud de 88.084 mujeres y de 47.881 hombres voluntarios durante 30 años, según los datos de dos grandes estudios sobre salud en Estados Unidos.
Los científicos sostienen que, para un hombre, sobrepasar 30 gramos de alcohol al día aumenta el riesgo de esta enfermedad pero con un condicionante más, el tabaco.
“Los bebedores tienen más probabilidades de ser fumadores y el tabaquismo es el principal factor de riesgo para todos los tipos de cáncer relacionados con el alcohol”, dice Cao.
A diferencia de esto, según revela el estudio, para los hombres que nunca han fumado, no se incrementaron los casos de cáncer cuando se consumen estas cantidades de alcohol.
Menos cantidad para las mujeres
Sin embargo, el consumo de tabaco no influye si una mujer supera los 15 gramos de alcohol al día, ya que “sus posibilidades de padecer cáncer aumentan, en especial el de mama”, comenta la líder del estudio.
Además del tabaco, los autores examinaron otros factores en los voluntarios tales como la raza, el índice de masa corporal o los antecedentes de cáncer en la familia. Precisamente, las personas que cumplen con este último factor, “deben considerar abstenerse de tomar cualquier cantidad de alcohol”,
Estas recomendaciones de los autores llegan después de que, durante el periodo de seguimiento de la investigación, un total de 19.269 y 7.571 cánceres fueran diagnosticados en mujeres y hombres respectivamente.
“Se necesitan más investigaciones para explorar las interacciones entre fumar, beber, la historia médica familiar y el riesgo de padecer cáncer pero, en términos generales, las mujeres no deberían tomar más de una copa al día ni los hombres más de dos”, concluye Yin Cao.


Yin Cao et al. “Light to moderate intake of alcohol, drinking patterns, and risk of cancer: results from two prospective US cohort studies”. The BMJ. Doi: 10.1136/bmj.h4238 19 de agosto de 2015.
Fuente Agenciasinc.es
El alcohol y nuestro cerebro
Diferentes estudios han demostrado que las personas que tienen problemas con el alcohol presentan alteraciones cerebrales, en comparación con quienes no lo consumen. Por primera vez, un equipo de investigadores, con participación de la Universidad Complutense de Madrid (UCM), ha analizado cómo es la conectividad neuronal en jóvenes que toman bebidas alcohólicas en exceso pero de forma puntual, como ocurre en los botellones. 
“Cuanto más temprano sea el inicio del consumo de alcohol, más probabilidades hay de que el daño sea mayor”, alerta el científico
“Nuestro estudio prueba una diferente configuración de ciertos circuitos cerebrales en adolescentes y jóvenes que consumen alcohol de manera excesiva comparados con los que no lo hacen”, afirma Luis Miguel García-Moreno, investigador del departamento de Psicobiología de la UCM y coautor del trabajo.
Para llegar a esta conclusión, los autores analizaron mediante magnetoencefalografías la actividad cerebral de 73 estudiantes que acaban de empezar en la universidad. De ellos, 35 (17 chicos y 18 chicas) admitieron tener borracheras ocasionales y 38 (21 chicos y 17 chicas) apenas bebían. Se considera un consumo excesivo de alcohol cuando se llega a los 60/40 gramos de alcohol concentrados en una única sesión.
Los jóvenes no pudieron beber ningún líquido alcohólico las 24 horas antes de realizarse la prueba cerebral. Las diferencias registradas en cuanto a conectividad neuronal entre uno y otro grupo tuvieron lugar en estado de reposo, sin que los participantes realizarán ninguna tarea cognitiva. “Cuanto más temprano sea el inicio del consumo, más probabilidades hay de que el daño sea mayor”, alerta el científico.
Las consecuencias del exceso de alcohol
Aunque falta por procesar gran parte de los datos obtenidos para saber cómo afectan estas alteraciones a los jóvenes, los autores adelantan algunos resultados. “A nivel conductual y cognitivo hemos observado algunas dificultades en atención y velocidad de procesamiento, problemas de memoria o perfiles de conducta caracterizados por la impulsividad”, avanza el investigador.
“Hemos observado dificultades en atención o problemas de memoria”, avanza el investigador Luis Miguel García-Moreno
También destacan la búsqueda de sensaciones o la atracción por el riesgo, aunque los científicos desconocen si el alcohol en este caso es causa o más bien efecto de estos perfiles.
“Podríamos asistir a un desarrollo anómalo de las conexiones cerebrales durante el desarrollo, con consecuencias neurocognitivas futuras”, sugiere García-Moreno, quien recalca que resulta complicado establecer vinculaciones precisas, a falta de más investigaciones.
En el trabajo, publicado en International Journal of Neural Systems, participa la Universidad de Santiago de Compostela y el Centro de Tecnología Biomédica (Madrid). 
Fuente AgenciaSinc.es
El calentamiento global y el vino
El alcohol aumenta por el mayor contenido de azúcar en la uva debido al calentamiento global 
Obtienen vino con menos alcohol sin alterar el equilibrio sensorial
  Científicos españoles han conseguido desarrollar un nuevo tipo de vino con hasta cuatro grados menos de alcohol sin que varíe su equilibrio sensorial. El método empleado consiste en el empleo de levaduras no convencionales que respiran parte del azúcar de la uva gracias a un aporte controlado de oxígeno.Un equipo de investigadores con participación de miembros del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) ha desarrollado un nuevo método para reducir, sin provocar alteraciones en el equilibrio sensorial, entre dos y cuatro grados la cantidad de alcohol en el vino. 
“El aumento del grado alcohólico es debido al incremento en el contenido en azúcar de la uva en el momento de la vendimia, relacionado, entre otros factores, con el calentamiento global” asegura Ramón González, del Instituto de Ciencias de la Vid y del Vino. 
Según explica el investigador, estos grados de más enmascaran parte de su riqueza aromática y, en caso de un consumo excesivo, tienen consecuencias negativas para la salud.
Los científicos, que publican sus resultados en la revista Applied Microbiology and Biotechnology, han logrado controlar el metabolismo de las levaduras para que produzcan menos alcohol a partir de la misma cantidad de azúcar. 
Hasta ahora, los métodos que se habían ensayado se basaban en eliminar selectivamente parte del azúcar antes de la fermentación o del etanol después de esta, procedimientos “a menudo agresivos para el equilibrio sensorial del vino”. 
Levaduras que respiran el azúcar 
El nuevo sistema emplea levaduras no convencionales y aprovecha su capacidad para que respiren parte del azúcar del mosto en lugar de fermentarlo, gracias a un aporte controlado de oxígeno. “Cuanto más azúcar sea consumido por las levaduras mediante respiración, más se reducirá el grado alcohólico del vino”, puntualiza González. 
El trabajo es un primer paso para contrarrestar el aumento de alcohol en el vino de calidad
El trabajo es un primer paso para llegar a contrarrestar el aumento del alcohol en el mercado del vino de calidad. No obstante, puntualizan los investigadores, el objetivo final no es llegar a producir vinos práctica o totalmente sin alcohol. 
“Lo que queremos es tratar de compensar los efectos del exceso de azúcar con el que la uva entra en la bodega con cada vez más frecuencia. Los vinos pueden llegar a tener 16 grados, mientras que hace 20 años tenían 12 o 13”, concluye el científico.

Morales, P. et al. “The impact of oxygen on the final alcohol content of wine fermented by a mixed starter culture.” Applied Microbiology and Biotechnology. DOI: 10.1007/s00253-014-6321-3.
Fuente AgenciaSinc.es
El Vino y Nuestro Abdomen
El alcohol favorece el almacenamiento de las grasas, son muchas calorías que no necesitamos y un vaso de whisky aportará casi toda nuestra cena, aproximadamente 250 calorías.
Este reciente estudio ha confirmado por primera vez que los hombres y las mujeres que beben alcohol de forma continuada sufren en mayor medida obesidad abdominal, relacionada con el aumento de la mortalidad en adultos. El efecto del alcohol en la grasa acumulada es mayor en el caso de la cerveza que en el del vino, aunque ambos tienen un marcado efecto sobre esta adiposidad. 
El estudio prospectivo europeo sobre cáncer y nutrición (EPIC) revelan que el consumo de alcohol de forma continuada a lo largo de la vida en hombres y mujeres produce obesidad abdominal con aumento del perímetro de la cintura. Además, en los hombres provoca obesidad general con aumento del Índice de Masa Corporal (IMC), según se hace eco la agencia SINC.
El trabajo, realizado en el transcurso de nueve años y publicado en el European Journal of Clinical Nutrition, contempla una muestra de 258.177 individuos de edades comprendidas entre 25 y 70 años procedentes de diez países europeos (Francia, Italia, Grecia, Holanda, Alemania, Suecia, Noruega, Reino Unido y España). Y es el único estudio realizado hasta la fecha que analiza el consumo de alcohol en una amplia muestra de personas adultas de diferentes regiones europeas y examina el papel de la exposición durante mucho tiempo al alcohol en la obesidad abdominal y general. La mayoría de estudios se basan en el consumo reciente de alcohol durante un periodo corto de tiempo. 
¿Cerveza o vino?
Los investigadores analizaron también el efecto específico de determinados tipos de bebidas alcohólicas, entre ellas la cerveza y el vino. Si bien el efecto del alcohol sobre la obesidad abdominal se explica en gran medida por el consumo de alcohol a lo largo de la vida, el consumo de cerveza tiene más influencia que el de vino, aunque ambos tienen un marcado efecto sobre la aparición y acumulación de esta grasa.
Por su parte, los hombres que consumen más cerveza presentan un exceso de riesgo del 75% de obesidad abdominal, mientras que los elevados consumidores de vino exceden del riesgo un 25%. En las categorías altas de consumo de cerveza y vino, el exceso de riesgo para la cerveza es casi el doble que para el vino en las mujeres. Así, los hombres que consumen tres o más vasos diarios de cerveza incrementan un 50% su riesgo de padecer obesidad abdominal mientras que los que consumen uno o dos lo incrementan un 15%. Sin embargo, las mujeres que beben uno o dos vasos diarios a lo largo de la vida tienen un riesgo ligeramente mayor de desarrollar obesidad abdominal que las que no llegan a consumir medio vaso. Las que consumen tres o más vasos diarios duplican su riesgo.
Con respecto al vino, las mujeres que toman tres o más vasos tienen un riesgo incrementado en un 60% de tener sobrepeso abdominal que las que no llegan a beber medio vaso. En varones, el aumento de riesgo en las categorías de alto consumo de vino es el 28%.



Fuente muyinteresante.es